Nada más triste
Y sin embargo,
preciosa cosa el ser racional, como para que las extrañas sensaciones a las que
estoy tan acostumbrado
por falta de hijos propios
haga mella esta vez en mi capacidad de ser un ser humano promedio totalmente funcional.
Yo sólo quise amarla, pero eso es pecado y se castiga con la muerte
De suerte, yo no creo en pecados, y aunque no pueda amarla seguiré con mi vida sin ella
cosa que no me agrada,
columna dislocada y todas esas sensaciones.
Sigo siendo igual que antes. Por un par de horas estaré fuera de servicio,
pero mañana seguiré con la tonta vida que llevo, mañana me levantaré y seré tan feliz como siempre he sido,
lo cual es poco a decir verdad,
pero quizá y uno de estos días pueda valorar un poco más todo lo que he logrado,
y la pérdida de su cariño no sea tan importante
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