06 Esperando
Esperando, espero
que las probabilidades de no dejar caer la cabeza no me arrojen al abismo:
Inconfundible manía
la de sentirse excomulgado, a ti,
que no sabes de patriarcas ajenos
ni esperanzas fraticidas.
Vas por el camino que otros abrieran,
negándote en cada uno de tus pasos, absorbiendo los aromas de todos los lirios…
Imaginas poder levantarte de todo esto:
pero tu eres yo, yo acaso tu,
y apenas sabemos como escribir los dos juntos:
Nuestros pasos serán lastimeros de ahora en adelante.
05 Para mi que hasta vivir es un pecado
Para mi que hasta vivir es un pecado,
-morfema probabilatorio-
espanto las nueces esquivas, y vuelve la razón a apoderarse
de mi esquiva conciencia.
Me revuelco entre imágenes superlativas, espero la victoria
de las langostas asesinas,
y duermo soñando con aquel mundo
donde los dioses menores danzan en honor al sol.
Me volvía perder en pecados ajenos;
mi esencia, reflejada en las conciencia ajena,
y a los cinco minutos de la historia,
he vuelto a perder la mía.
01 He visto al abismo
He visto al abismo
multiplicarse entre los recovecos de mi mente;
he visto la injuria, en lo alto, resplandeciendo al ritmo de
blasfemos deseos.
He visto el miedo instalarse en tu mesa,
y a las escafandras ateas sumergirse en el deseo tangible, las palabras me brotan de la boca como quistes en mi corazón, las entrañas del pensamiento son crueles con mi Pneuma.
Así
vivo,
despertando del sueño al que el sistema educativo salvadoreño
me ha confinado.
04 Alguna reminiscencia del pasado aguarda
Alguna reminiscencia del pasado aguarda
traviesa
en mis recuerdos,
que son esquivos, y bailan alegres danzas a los dioses
que más de niño adoraba.
Acabo de hacer un poema:
el augusto mausoleo donde moraran mis ideas por la eternidad.
Consiente de mi existencia, escribo;
olvidando talvez lo que deba recordar,
renegando de la flores del camino:
sincerándome con las azucenas.
Imaginando que puedo reír,
reiré un largo rato mis desgracias
para abominarlas después, antes de mi muerte,
y abjurar de sus esencia por los siglos postreros.
Solo me queda el recuerdo de los soles.
Me quedo en mi camino:
la gloria oculta del que vive en la desgracia de sus
propios pensamientos.
03 Para ti
Para ti, que disimulas con el paso de los tiempos
la reinante probabilidad
de que, al fin y al cabo, todo sea una mentira.
Reconoceme padre, que he pecado,
y la augusta memoria que mi nombre recuerda,
también recordará
mis hazañas más halla del Helesponto,
donde me conecte en grupos que no reconocían mi Ip como válida.
Entonces me tocaba repetir mi nombre miles de veces,
imprecando el azul celeste en cada lágrima, cada verso,
cada esquina, cada sílaba:
recuerda cada una de mis palabras,
que nunca he existido,
y solo los recuerdos que sobre mi tengan
constituyen la mentira suprema.
02 Claro
Claro,
intente buscarle sentido a mi poesía, en mi poemas,
pero vivo la vida que otro debiera vivir,
la concepción es un acto de fe…
para ti, mi musa, que vives solo en los tiempos
pretéritos,
donde no se me sea posible alcanzarte.
Para ti, Esparta,
que vives en la extraña nomenclatura de los ritmos
salesianos.
La cruel utopía, la geografía blasfema,
que recuerda a la luna que hay un sol que debería expropiar,
un sueño de aquellos en que posamos
desnudos,
con el alma apuntando hacia los espacio infinitos.
01 Se me olvidaba decirte
Se me olvidaba decirte
que aprendí a odiarte,
con las comas sugeridas hace un rato:
el cielo se pone gris los Martes, es costumbre del mes,
y los fortuitos casos de cólera ya los están tratando con
virulentas masas cancerosas.
Recuerda que me has engañado
ofreciéndome una vida mejor,
junto a los omnipotentes dioses del abismo:
me llamas por mi nombre, me acostumbras a tus normas
y me levantas
a las 5:45 de la mañana,
para que pase dormido todo el día y tu puedas
aprovechar mi instinto palmípedo
para contar con mi alma de diez en diez.
Ahora no se si creerte o de nuevo formatear el sistema:
que mentira dicha es verdad, si la creo:
por fin que hoy es viernes y hace sol.
03 No voy a mirar el vacío
No voy a mirar el vacío:
se levantan las nubes muy alto en el cielo,
y no soy capaz de aprehender la estructura,
con que los sempiternos
castigan a Diomedes hoy.
No hay calvarie, solo el suplicio que ordena ahora
otra de aquellas mentiras que tu tanto ignoras.
Desaparece el ritmo, injuriante es la rima:
y los pocos guijarros de mi escueta mente
los uso para maldecir los pupitres eternos,
donde eternamente han morado mis cabezas,
una vez siempre, una vez mañana.
Recuérdame sonreir, verso, que la cuenta
de contar nunca saldrá,
así venga el demonio en nuestra ayuda,
ahora que Dios nos ha abandonado por escribir poemas.
02 Insensatez suprema
Insensatez suprema, tirarme al abismo:
levantarme de mi cómodo lugar, donde se conjugan los verbos idos
que apenas se diferencian de los adjetivos:
la blasfemia,
todos saben que mi usual apellido
ofende todo resquicio de grandeza,
por eso escribo mis poemas, como disculpa al altísimo.
Desempeño el papel que nadie quiere,
pero que todos desean que aparezca en escena:
Recuérdame versos, si es que tu te acuerdas,
de morir junto a tu lado, cerca de tu cercanía,
así que la soledad de estar juntos es cruel
porque yo éxito tu no estás comprobado.
Los verbos ajenos se revelan;
ya están todos de pie, ahora el abismo esta cerca,
y la maldad de otras ideas ronda mi cabeza
y mis hijas prodigas claman un nombre más benévolo.
Entonces lo de siempre:
Volver a casa.
01 Entonces verá al suelo
Entonces verá al suelo, tal vez me muestre mi reflejo;
el suelo impávido de esta tierra: mi reflejo al fin de cuentas.
Porque fui polvo, y en polvo se convertirán
las palabras dichas,
las sonrisas negadas,
los golpes obsequiados
y las mentiras que fraguamos junto al televisor,
con la estúpida esperanza de morir
antes de tener que dar explicaciones.
Recuerdáme no hacer poemas mañana,
que el tiempo de Pitagorear ha pasado,
ahora estudio cosas que solo
los abuelos sabían,
antes de las Hojas de Calculo.
Dime algunas mentiras, ya no recuerdo mis verdades.
Desvanécete…
recuerda poesía, que solo eres fantasma en el aire.
00 Si me toca vivir preocupado
Si me toca vivir preocupado, por encargo será:
por fin que las leyendas son el límite donde moran mis secretos.
Y mis secretos
cuentan leyendas obscenas, y
escriben blasfemias que solo los efetas pronunciaban.
El cuaderno ha caído,
con él,
la última esperanza, aquella que en realidad nunca existió.
Vivo porque aún respiro, nada más.
Vivo porque aún no yazgo en mi tumba,
pero aletargado, miserablemente sumiso,
veo pasar las horas en derredor mío:
unos cuantos versos inconclusos
y las faltas de respeto que hacia mi cometiste.
Esperando saber algún día que Susto Abre
aquel CD que bajé de Internet.
02 Ahora por fin podré dormir
Ahora por fin podré dormir,
por fin ahora,
que mis sueños me han abandonado,
ya no volverá a renacer en mi la esperanza del juicio eterno
que los crueles efetas propugnaban en contra mío.
Desconozco como callar en público,
como descansar cuando estoy cansado
y como rendirme cuando estoy derrotado:
por fin que si no es Dios, Taus,
será Abraxas quién pese mi alma al final de los tiempos,
calculando la desdicha de mis palabras
y la blasfemia de todo pensamiento enunciado.
Ahora yazco, aletargado, mirando con desprecio el cansancio colectivo
y los tiempos ajenos:
burlándome del destino que todo temen,
por fin que si no es el paraíso, será el averno el que abra sus puertas
para que descanse por la eternidad mi alma.
Ahora que mi alma
yace
tranquila,
tengo mucho tiempo para desarrollar mis material sobre inmaterialidad.
01 Duermo
Duermo, vivo, añoro:
el cielo aún no me concede la gracia de tus besos,
el averno, sin embargo,
repica campanas de victoria en mi nombre.
Imagino que el temor a lo desconocido
lo ha de tener el vacío, hacia nosotros:
Creo
que no volverá a comer a medianoche, es muy noche y más me valiera dormir.
Ya hice demasiado ruido:
espero que los ángeles me callen,
o los demonios vendrán a gritar conmigo,
la eterna letanía diaria de que odio a Dios
y que no creo en él, creo en Melek Taus
que es justo aunque crea que le corazón aguarde la maldad de todos los tiempos.
Daría mi alma por tener de nuevo cinco años,
y no tener que hacer nada, aparte de dibujar.
Otros decían…